Al menos una vez en la vida
Este es uno de los artículos que más me apetecía escribir desde hace tiempo porque el Camino de Santiago es una EXPERIENCIA que sí o sí tienes que hacer al menos una vez en la vida. Para mí fue un antes y un después a la hora de poner perspectiva en muchos aspectos de mi vida. Nosotros lo hicimos hace 6 años, en Agosto de 2014, que ya ha llovido, pero creo que independientemente del tiempo que haya pasado, la información y vivencias que puedes compartir sobre el Camino son atemporales, de ahí que me haya animado a finalmente escribir este post.
La primera decisión que tiene que tomar la persona que decide hacer el Camino es cuál hacer 🤔.
Los factores que determinaron nuestra elección fueron: 1. que únicamente teníamos una semana; 2. que queríamos llegar a Santiago; y 3. que no estábamos preparados para jornadas interminables de caminata. Así que con estos principios, nos decidimos por el Camino Portugués, que sube paralelo a la costa gallega desde el pueblo de Tui en la frontera con Portugal: seis días de Camino, con etapas no muy largas ni demasiado duras y con paradas en poblaciones bastante conocidas.
Etapas del Camino Portugués (119 km) 👣
- Tui – O Porriño (18.7 km)
- O Porriño – Redondela (15.2 km)
- Redondela – Pontevedra (18.2 km)
- Pontevedra – Caldas de Reis (23 km)
- Caldas de Reis – Padrón (18.5km)
- Padrón – Santiago de Compostela (25.2km)
Nuestra rutina de viaje
Nos alojamos 🏡 en los albergues municipales excepto en Caldas de Reis que decidimos pasar de las literas y por un día dormir a pierna suelta. Compartir dormitorio ya sabéis los riesgos que tiene… ¡no os olvideis los tapones para los oídos! Aunque cierto es que si las dos primeras noches te puede costar coger el sueño, con el cansancio que se va acumulando con los días al tercero ni te enteras. En este Camino, madrugando un poco, puedes llegar al siguiente pueblo antes de las 12h, lo que te permite poder comer sin prisa en un restaurante local y te da tiempo para dar un paseo y turistear un rato. Eso sí, cuánto más al norte y más cerca de Santiago, más caro se va volviendo todo. Otro de los beneficios de madrugar, aunque no estaba especialmente masificado, es que como los albergues se ocupan en orden de llegada, si quieres asegurarte de conseguir plaza lo mejor es llegar lo antes posible.
- Caminos empedrados
- Mañanas gallegas entre niebla
- Descansando
Nuestra rutina era levantarse sobre las 6:30, y parar en el primer bar del camino a desayunar. Siempre llevábamos algo en la mochila para picotear o por si la búsqueda del café se alargaba. Camínabamos las horas necesarias hasta la siguiente población, haciendo pequeños descansos cuando el cuerpo lo pedía. Una vez allí, íbamos directos al albergue. Hacíamos cola mientras descansábamos y compartíamos las anécdotas del Camino con los otros peregrinos que también esperaban.
- Dando cuenta de un buen desayuno nutritivo
- Plato de Zorza en Tui con patatas por 5EUR
- Esperando, albergue de Redondela
En este Camino como las etapas están muy marcadas, al final te encuentras con la misma gente de continuo, lo que lleva a crear una atmósfera de hermanación y buen rollismo muy agradable. Sobre las 11:00h u 11:30h abrían el albergue, te registrabas, te pegabas una buena ducha, lavavas las prendas que tocaran (calcetines, ropa interior, camisetas…) y a nosotros nos gustaba buscar un buen sitio para comer sentados y tranquilos. Por la tarde, un paseo, un café, un helado,… hasta la hora de la cena y vuelta al albergue para pasar la noche.
- Pontevedra
- Caldas de Rei
- Ria de Vigo
Antes del viaje
Para la preparación del viaje, a nosotros nos ayudó mucho la información de la web de Consumer, además de hablar con amigos que ya lo habían hecho con anterioridad. El mejor consejo que nos dieron y que fue mano de santo, es el untarse los pies con baselina neutra todas la mañanas antes de ponerse los calcetines, no nos salió ni una rozadura ni una ampolla. Luego, las tardes siempre las pasábamos en chancletas, para que el pie respirara y descansase. Otra de las decisiones que tomamos fue llevar sábanas de 90 y una manta como las de los aviones en vez de saco de dormir, nos parecía más sencillo, higiénico y práctico poder hacer la cama que dormir en un saco encima de un colchón.
Hacer una mochila básica y con lo justo y necesario es esencial. Se aconseja que no sea más del 10% de tu peso por lo que no ha lugar para los porsiacasos
Como he mencionado al inicio, es un Camino fácil, pero no quita que al final te enfrentes también a largas horas diarias de caminata, con tu mochila a cuestas, atravesando viñedos, a veces por tramos de carretera, caminos rurales, zonas de bosque, cuestas arriba, cuestas abajo, caminos de piedras… Tienes tiempo para observar, para pensar, para reflexionar, para compartir y en mi caso para hablar, porque yo soy muy de hablar, hablar mucho 😄.
- Salida de Tui
- Atravesando el bosque
- Vistas desde el camino
- Cosas del Camino
- Descontando Kilómetros
- Caminando entre viñedos
Lo que es cierto, es que tras el Camino, esa sensación de llevar lo justo y no necesitar realmente nada más, sólo a quién está a tu lado, se me quedó ahí latente. Al llegar a casa me di cuenta de que con un armario lleno de ropa, había días que no sabía que ponerme. Fue cuando hice el Proyecto 333, 3 meses 33 prendas que me sirvió para abrir aún más los ojos 👀 Tenemos demasiadas distracciones e invertimos en cosas que se acumulan, se guardan en un cajón y ahí se quedan. Poco a poco desde entonces, me he ido desprendiendo de cosas materiales. He vendido, he donado, he regalado o he tirado, yo creo hasta un 70% de todo lo que tenía. He eliminado el exceso de tener por tener, quedándome con aquello que utilizo, que realmente me gusta y me he ido centrando más en vivir hacia fuera, viajar y disfrutar de experiencias. Y si todo pasa por algo, yo creo que este Camino fue el comienzo de un cambio de perspectiva que 5 años después nos ha traido hasta donde hoy estamos.
- Sigue la flecha amarilla
- Casi casi
- Santiago al fin
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